Repugnante

Se que soy una rara avis, lo reconozco: no me gusta el futbol. Una vez hecha esa declaración que me sitúa categóricamente entre un apestado social y un delincuente menor, debo añadir que como no vivo en una burbuja aislada, indefectiblemente las noticias del balompié y de todo lo que le rodea, me terminan llegando. Gajes de no poder desenroscarse las orejas por las mañanas.
Así, siguiendo la pista a esa evolución lógica del “Pan y circo” del romano Juvenal en el carajillo y futbol de la España del siglo XXI, me topo con la noticia de que un tal Manolo Lama, a quien no tenía el disgusto de conocer, se mofa y befa de un sin techo, para chifla y rechifla de los semovientes que en ese momento le acompañaban. Poco dado a creer fuentes secundarias, busco el vídeo y ¡tate!, es así.
Sobre este hecho lamentable se pueden hacer muchas reflexiones. Pero yo me quedo con una, la primera que me pasó por la cabeza: ¿condenarán con dureza esa actitud los mismos medios que fueron implacables hace poco tiempo con mi querido José Antonio Martín Otín, Petón?
A Petón, también comentarista deportivo (y muchas otras más cosas) casi le piden cárcel por haber cometido el pecado nefando de cantar, en homenaje a su padre, el Cara al Sol, a unos metros de donde éste estaba enterrado. Su padre, que fue inquilino durante once años de los campos de concentración de Stalin, descansa en la poca paz que le dejan los amigos de lo políticamente correcto en el cementerio de la Almudena, donde hay un monumento dedicado a la memoria de quienes, como él, fueron miembros de la División Española de Voluntarios, más conocida como División Azul, lugar donde se produjo el homenaje.
A Petón, sin ser falangista, por ese mero acto de amor filial (que podrían tener igualmente muchos miembros de los últimos gobiernos, cuyos padres tuvieron idéntica filiación política), poco menos que fue fusilado mediáticamente al amanecer.
¿Pasará lo mismo con Manolo Lama?. ¿Pedirán su cabeza para ofrendarla a las multitudes en la bandeja mediática de la hez televisiva?. Dejen que lo dude. Personalmente, a mi me hubiera importado una higa que Manolo Lama hubiera cantado La Internacional, el Ich hatt’ einen kameraden, A las barricadas, Faccetta nera o La Rianxeira. A mi me parece muchísimo más grave la indignidad que se comete con el indigente en ese vídeo que, sí, es cierto, tuvo un conato de disculpa basado en “yo educo a mis hijos en la solidaridad”, donde en lugar de pedir perdón por la pifia, intenta justificarse. Una muestra, sí, de esta sociedad donde solo prima lo bello, los cuerpos danone, los ricos, donde lo que desentona o ha de ser escondido o ridiculizado. Un detalle más: lo de Petón fue un acto privado que fue expuesto al público por la mala praxis profesional de quien lo hizo. Lo de Manolo Lama fue perpetrado en el desarrollo de sus tareas.
No me gusta dar consejos, pero esta vez no puedo resistirme. Si es cierto lo que el periodista dice, que su única intención era “ayudar a ese pobre hombre”, que la próxima vez intente que su mano derecha no se entere de lo que hace su izquierda. Es mucho más sano.