lunes, 22 de febrero de 2010

Homenaje a la 250



Es un ángel que va cabalgando,
cabalgando con brio y valor,
va cantando las tristes historias
de una guerra que ya terminó.

Primavera lejos de mi Patria,
primavera lejos de mi amor,
primavera sin flores y sin risas,
primavera a orillas del Wolchow.

Y sus aguas que van al Ladoga,
van cantando esta triste canción,
canción triste de amor y de guerra,
canción triste de guerra y amor.

Cuando ebrio avanza el enemigo
y con Vodka ataca sin valor,
rasga el aire más fuerte que la metralla
las estrofas de mi Cara al Sol.

Cara al Sol, canción antigua y nueva,
Cara al Sol es el himno mejor,
Cara al Sol y morir peleando,
que la Patria así me lo pidió.

Si en la lucha yo quedara roto
marcharía en la Legión de Honor,
montaría la guardia en los luceros,
formaría junto al mejor,
¡ Montaría la guardia en los luceros,
formaría junto al mejor !

miércoles, 17 de febrero de 2010

Crisis Global: El fin de una era (Manuel Galiana)

En esta obra se detallan de forma totalmente empírica y contrastable, los cuatro principales retos que enfrenta la humanidad a nivel global en estos procelosos tiempos que nos ha tocado transitar. Finalmente se efectuan las proyecciones de como pueden estos cuatro grandes problemas afectar a las futuras formas de gobierno que por necesidad tendrán que cambiar como consecuencia de una demanda social que exigirá cambios que en sí mismos se podrán considerar como revolucionarios.

Precio: 10 EUR + 1 EUR DE GASTOS DE ENVÍO

Pedidos a través de: correopatriotas@gmail.com REF. CRISIS

León Degrelle

http://www.paviatricolore.org/immagini/Degrelle.jpg

"Tú vives tu Dios. Tu juventud es como un ejército de Cruzados. Contempla, con el corazón henchido y desbordante, al mundo que le llama. ¡Español, hijo de Dios, sigue derecho tu camino! ¡El siglo te aguarda! ¡Las almas ardientes lo pueden absolutamente todo!." León Degrelle

Polvora y Sangre - División 250



Izquierdas y derechas, mintieron y engañaron.
sus rojas banderas de justicia nos hablaron,
tras sucios intereses a la patria invocaron.
Hermanos se enfrentaron bajo falsas ideas.
con un millón de muertos pagamos la deuda.
años de revanchas siguieron las miserias.
La pólvora y la sangre de tu bandera
será el resurgir de nuestra idea
¡ohhh, Ramiro Ledesma! ¡ohhh, Ramiro Ledesma!
Unos pocos hombres en las jons afiliados.
la justicia exigían, de la patria eran soldados.
ramiro ledesma ramos a la conquista del estado
Por tu lucha contra el capital
en prisión fuíste encerrado.
por tu lucha contra marx en el 36 caíste asesinado
La pólvora y la sangre de tu bandera
serán el resurgir de nuestra idea
¡ohhh, Ramiro Ledesma! ¡ohhh, Ramiro Ledesma!
No te rendiste jamás en la lucha.
y ante tus verdugos exclamaste con furia
no me matareis como a un cordero,
solo moriré donde yo quiero
¡ohhh, Ramiro Ledesma! ¡ohhh, Ramiro Ledesma!

La muerte de José Antonio Primo de Rivera

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José Antonio era alto, guapo, moreno y con la mirada profunda que le confería el ser un jurista de primera calidad, condición aplicable a su carácter como persona. Ciertamente, pertenecía a eso que llamamos aristocracia. Pero jamás fue un aristócrata altivo y clasista. Fue un aristócrata sencillo, un aristócrata “popular”, entendiendo el término como un hombre rico que se preocupaba por las clases populares. En vez de dedicarse a derrochar su fortuna en orgiásticas experiencias o en holgazanear, decidió dedicarse por entero a España y a los españoles. En ello invirtió largas y pesadas horas, comiéndose la cabeza para encontrar la fórmula secreta que sedujera a esas clases españolas, proletariado, burguesía y aristocracia, en las que él depositaba las esperanzas para construir la España una, grande y libre que figuraba en la cosmovisión falangista.

En el preciso momento en que José Antonio miraba su reloj eran las tres de la madrugada del 20 de noviembre de 1936. En breves horas sería ejecutado. El sueño de ver a su amada España en lo más alto de la posición mundial se iba a desvanecer. Quizá algún día, allá desde el Cielo, podría ver resurgir a España. ¡Quién podía saberlo! Las fuerzas nacionales habían fracasado en Alicante, maldecía. ¿Por qué tenía que morir? Bueno, pensaba tras la dubitación, era muy lógico que, habiendo sido asesinados millares de falangistas y de derechistas durante el decurso de la guerra e incluso antes, cayera ahora él, que era el máximo dirigente de la fuerza nacional más importante: Falange.

Tomó la Biblia que había en la mesa de su celda, y abrió por una página al azar. Leyó: “Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo” Hojeó más allá, y se encontró con la sentencia: “Padre, aparta de mí este cáliz”. José Antonio, que se había mostrado muy entero en la defensa que hizo de sí mismo y de su hermano, no pudo evitar que una lágrima empezara a recorrer su mejilla, y exclamó un poco en voz alta: “Señor, el fin para mí está cerca. Aparta de mí este cáliz. Por favor, no me abandones”. Se tumbó en la cama y comenzó a escribir en una arrugada hoja de papel: “Esto toca a su fin. En unas horas estaré ya junto a Dios y su Juicio. Los ángeles con espadas estarán esperando mi llegada. Me voy sin jactancia, porque nunca es alegre morir a mi edad, pero no espero que nadie incurra en dramatizaciones inútiles de mi muerte. Ahora mismo están luchando por los campos de España miles de falangistas dispuestos a dar su sangre por la España en la que creen y a la que yo les acerqué. Es normal, por lo tanto, que yo, que soy el líder de esos muchachos de corazón ardiente, dé mi sangre por esa España que yo traté de alcanzar en vida. Espero que las escuadras enteras de falangistas que añoran la España inmortal sirvan a su nuevo jefe, el general Francisco Franco, como lo hicieron conmigo. Mi muerte no debe significar el fin de nuestra lucha, pues mientras haya un solo falangista en España, nuestro ideal seguirá vivo y en pie. Tengo a mi lado un crucifijo que espero me ayude a superar el miedo que ahora me atenaza el corazón. Sé que habrá muchos camaradas, muchos amigos, muchos familiares que llorarán mi pérdida, pero sólo puedo decirles que no se preocupen, que en unos años (espero que muchos, porque ellos aún son útiles en el servicio de la Patria) nos veremos allá arriba, en comunión con el Altísimo que todo lo puede. Confío en que esta guerra, tan dolorosa, sirva para expulsar por fin del interior de España a los diablos marxistas y liberales, que son quienes nos han llevado a esta situación. Un abrazo para todos aquellos que pusieron su fe ciega en mí y hasta siempre, José Antonio”.

Ya eran las 5 y media. José Antonio sacó una foto de sus padres que tenía guardada en la maleta, y besándola con cariño, dijo en voz muy baja: “En breve nos veremos, papá. Por fin podré darte un beso, mamá. No sabes lo que he sufrido por tu ausencia”.

A continuación, guardó la foto y sacó una serie de cartas, que iban dirigidas a sus familiares y amigos. Las dejó sobre la mesa y las releyó despacio. Las volvió a guardar y las acompañó con una nota que ponía: “Dar a sus destinatarios”. Se peinó el poco pelo que aún perduraba en su cabeza, y volvió a recostarse sobre la cama. Rezó en silencio, en una oración que se prolongó una eternidad. Sabía que era la última vez que hablaría con Dios antes de verle. La hora había llegado.

La voz del carcelero retumbó por el pasillo donde se apiñaban las celdas:

José Antonio Primo de Rivera, vístase. Es la hora.

José Antonio se puso, en un silencio conmovedor, las zapatillas, y se echó uno de sus preciosos abrigos por encima. El carcelero, impaciente por llevar a cabo la ejecución y poder así echarse a dormir, le espetó:

Vamos, coño, que es para hoy.

La voz de José Antonio sonó serena para decir:

Como sólo se muere una vez, hay que morir con dignidad.

Una vez que se hubo vestido, José Antonio fue conducido ante la presencia de su hermano Miguel. José Antonio, con un brillo chispeante en sus ojos saltones, dijo:

Hola, Miguel.

Hola, Jose. Bueno, creo que ha llegado la hora de despedirnos.—le respondió con voz temblorosa Miguel.

Sí, creo que sí. Os quiero mucho a todos, Miguel. Cuando salgas de aquí, dale un abrazo muy fuerte a todos nuestros hermanos y un beso a la tía Ma.

Se lo daré de tu parte. Te quiero mucho, hermano—dijo Miguel con unas lágrimas aflorando en su rostro.

Help me die with dignity—susurró José Antonio con su persistente brillo en los ojos y una tenue flacidez en el semblante.

José Antonio, ruega por nosotros.

La voz bronca del carcelero interrumpió a los dos hermanos: “Vamos, deprisa, ya es hora”

José Antonio, que en ese momento estaba abrazándose postreramente a su hermano, fue cogido por la espalda por el carcelero y otro colega. Cuando se lo llevaban, espetó:

Miguel, España no se rendirá. ¡¡Arriba España!!

¡¡Arriba España siempre, José Antonio!!—respondió Miguel conmocionado.

José Antonio, en el pasillo, no pudo reprimirse, y con serenidad, les dijo a los guardianes una frase que ya había pronunciado en uno de sus juicios:

¡Qué equivocados estáis! Vais a fusilarme a mí, que venía en vuestro amparo.

Llegaron al patio de la cárcel. Se oían ruidos de pistolas y de granadas, olía a pólvora. José Antonio fue llevado junto a cinco personas más, tres falangistas y dos carlistas, a un rincón de la prisión. Los jóvenes falangistas quedaron impresionados al ver a su líder, allí, con su imponente abrigo, sereno, incluso con un ademán sonriente en el rostro al ver allí a sus muchachos. José Antonio, en última instancia, dijo a aquellos que se disponían a llevárselo para siempre:

Yo no soy vuestro enemigo. Yo soy vuestra ayuda. No tenéis que fusilarme a mí, sino a vuestros jefes. Ellos no hacen nada por vosotros. Son sólo embusteros.

Los miembros del pelotón de fusilamiento hicieron caso omiso de las palabras de José Antonio. Éste, consciente de que era inútil cualquier intento de avenirse a razones con aquellos, les espetó:

¿Son ustedes buenos tiradores?

Los otros contestaron afirmativamente. José Antonio, cuyo abrigo le había pedido el carcelero como regalo, tomó su abrigo y lo arrojó con fuerza hacia el carcelero. A continuación, apretó con fuerza el crucifijo que llevaba en su mano izquierda. La descarga de los doce miembros del pelotón, seis anarquistas de la FAI y seis comunistas, sonó atronadora. José Antonio, en trance de muerte, exclamó antes de caer al suelo fulminado por las balas, con el brazo derecho en alto:

¡¡¡Arriba España!!!

Todo había terminado. José Antonio yacía ensangrentado en el suelo. Su corazón español había sido fulminado por la acción asesina de las balas. Uno de los cerebros más privilegiados de Europa, en palabras de don Miguel de Unamuno, había muerto. Pero su asesinato no fue en vano. Su generosa sangre regó los destinos de España durante los cuarenta años siguientes, un periodo en el que España volvió a ser Una, Grande y Libre.

¡A la calle que ya es hora!


Lo que necesitamos...



Es una evidencia que España se hunde a pasos de titán, pero lo que resulta aún más preocupante es comprobar que el futuro no es nada esperanzador. Una de las principales razones es, como ya hemos apuntado en alguna ocasión, el rotundo fracaso del sistema educativo español. Ya no es sólo que cada año decrezca el número de alumnos universitarios matriculados, así como el de aquellos que se licencian -ahora gradúan- con éxito, o que las tesis doctorales presentadas sean muchas menos que hace tan solo quince años, sino que cada vez los titulados, sea cual sea su edad, nivel y tipo de formación, están peor preparados que hace una década. Es decir, es un hecho que cada generación que pasa los españoles son más tontos.

Ya el último informe PISA elaborado por la UE en 2007 alertaba de que la educación española sólo es empeorada por las de Malta y Portugal y, probablemente, éstas nos habrán adelantado a finales de 2010. Los datos son demoledores:
- Tres de cada diez alumnos de ESO (31%) jamás se gradúan, cuando en la UE el porcentaje medio actual es del 14’8%, y en España era del 35% hace ya 30 años.
- De los que sí se gradúan, uno de cada tres alumnos (32%) no continúa estudiando absolutamente nada.
- Y de los que sí continúan estudiando (en Bachillerato o FP), cuatro de cada diez jamás concluyen sus ciclos (40%).
- A nivel universitario la cosa no mejora: el 30% de los alumnos abandona antes de acabar la carrera sea esta de tres, cuatro, cinco o seis años.
- Y si nos vamos a la población adulta nos espeluznamos, si cabe aún más, al comprobar que el 45% de los españoles nunca lee. Y todo pese a las enormes campañas de fomento de los hábitos de lectura. Y no queremos entrar a analizar la calidad de las mismas.

O lo que es lo mismo, de cada 100 alumnos que empiezan la ESO, tan sólo 25 llegan a la Universidad o a FP Superior, y de ellos sólo concluyen su formación 16. Es decir, nos encontramos a años luz de alcanzar en todos los niveles educativos el porcentaje máximo de fracaso escolar que se marcó el Consejo de Ministros de Educación de la UE en 2002: el 10%. Y no es que el nivel de exigencia haya subido, sino más bien todo lo contrario, se sitúa en el más bajo de la historia de la educación. Si a eso le sumamos que un amplio porcentaje de los que sí se gradúan en ESO lo hacen por imperativo legal, el panorama aparece apocalíptico.

Dicho informe, a diferencia de los pocos medios que en su día se hicieron eco de él, carece de complejos y no silencia las causas y responsables de este caos: la implantación de la LOGSE-LOE, la llegada descontrolada de inmigrantes, y el abandono escolar prematuro. Atiéndase al segundo de los motivos: en países como Italia o Alemania, donde el índice de fracaso escolar ronda tan sólo el 15%, la mayoría de los hijos en edad escolar de inmigrantes recién llegados no dominan la lengua del país, ¿por qué, en cambio fracasan en España cuando la inmensa mayoría de los que llegan hablan perfectamente español?.

A nuestro modo de ver, las causas que nos han llevado a esta situación límite son las siguientes:Primeramente y sobre todas la demás cosas: la sectárea casta política española, capaz de elaborar tres leyes educativas en apenas quince años. Nadie parece querer ponerle el cascabel al gato, quizá porque todos se saben responsables de que éste ande moribundo. Por un lado, a la izquierda parece valerle con su conocida actitud de propaganda-marketing: maquillar las cifras, si es necesario, por ejemplo, permitiendo el acceso al bachillerato hasta con 12 asignaturas suspensas de ESO. Además, Zapatero le echa la culpa a las generaciones anteriores (demasiado bien preparadas –suponemos-) y el Ministro Gabilondo habla de ampliar la educación obligatoria hasta los 18 (¿y por qué no hasta los 40?), imaginamos que para disimular las cifras del paro, ampliando además el Bachillerato a tres años.

La derecha, por su parte, dice que la culpa es del modelo impuesto por los socialistas, cuando ellos tuvieron ocho años para reformar un sistema que ya entonces no funcionaba, y no hicieron absolutamente nada nuevo (Rajoy y Aguirre fueron Ministros de Educación); es más, la LOCE, que no llegó a entrar en vigor, se basaba en los mismos principios psicopedagógicos y sociológicos sobre los que están construidas su predecesora la monstruosa LOGSE y la actual LOE. Igualmente, las asociaciones de padres cercanas al PP critican el megaproyecto zapateril de dotar a todas las aulas de un ordenador por cada alumno, reclamando lógicamente reformas más profundas, pero aplauden, en cambio, el snobista plan de Esperanza Aguirre de imponer el bilingüismo Castellano-Inglés en colegios e institutos de la Comunidad de Madrid. Me detendré brevemente en ello:

Este proyecto (presente en otras comunidades, pero no hasta los niveles alcanzados en Madrid) establece una red de centro de enseñanza en los que todas las asignaturas, excepto Matemáticas y Lengua-Literatura, sean impartidas en inglés; es decir: Ciencias Sociales e Historia en inglés, Ciencias Naturales y Biología en inglés,... etc. Los encargados de hacerlo serán los maestros y profesores que hayan superado una serie de pruebas y cursos de Lengua Inglesa, ayudados –en teoría- por profesores de apoyo angloparlantes. Hasta el momento en la CAM ya hay más de 250 colegios bilingües (públicos y concertados), y el curso próximo se unirán unos 40 institutos.

Esta idea tan “chic” de enseñar en inglés a los niños madrileños lo que son incapaces de aprender en castellano, es una apuesta personal de Esperanza Aguirre, cuyos servicios de propaganda han convencido a miles de padres madrileños de que con este sistema sus hijos cuando acaben la ESO van a saber hablar inglés como un tipo de Michigan y estarán, así, mejor preparados para afrontar estudios superiores o para encarar la vida laboral con mayores espectativas. No sabemos si esto será así -permítasenos que lo dudemos-, pero sobre lo que no cabe la menor duda es que los jóvenes de Madrid que se acojan a este experimento pedagógico acabarán la ESO sin haber asimilado prácticamente nada de Historia, ni de Filosofía, ni de Tecnología... Si no saben formular química en castellano ¿cómo narices pretenden que aprendan a hacerlo en inglés?. ¿Para qué quiere saber inglés, ruso o tagalo, alguien cuya máxima aspiración profesional es acabar trabajando en la peluquería que mamá tiene en Carabanchel?. Y si de aprender idiomas se trata, ¿por qué no aprender la Historia en francés, la Biología en alemán y la Física en swahili?, ¡saldrían mejor preparados que yéndose a Zürich!. Es más, ya puestos con las lenguas, ¿por qué no aprender algo más de Latín?.

La verdad es que éste es un palito más en la maltrecha rueda de la educación española, que necesita de reparaciones urgentes y no de más medidas populistas. Y lo parece probar el dato que señala que el fracaso escolar se ha disparado en la Comunidad de Madrid en los últimos años, unas de las que mejor educación ofrecía en España hasta hace poco más de un lustro, y una de las que peor lo hace en la actualidad. Este deterioro, también debido a la inmigración masiva y descontrolada –todo hay que decirlo-, sumado a la falta de inversiones es visto por las fuerzas de izquierda como un paso más en un criptoproyecto liberal encaminado a erradicar la enseñanza pública de la comunidad y su lenta sustitución por un modelo privado-concertado basado en el cheque escolar. Puede que estén en lo cierto. Como fuere, volvamos al hilo.

Una segunda razón de este fracaso, no menos importante y relacionada íntimamente con la anterior, es, sin lugar a dudas, la gris escala de valores que mueve al hombre postmoderno. Éste ha reducido la educación a su faceta más funcional, enfocada a la formación prelaboral, despreciando su lado más prosaico y espiritual. Por esa razón las humanidades, cuya función es precisamente esa: humanizar al alumno, cada vez han sido más arrinconadas: el Latín, la Historia del Arte, la Filosofía,... son por ello bultos sospechosos en un sistema tan positivista y pragmático. Y ésta es una rueda sin fin, pues alumnos más deshumanizados no crearan sino un mundo y sistemas educativos menos humanos. ¿Casualidad?. De momento ZP acaba de anunciar mediadas para fomentar los estudios científico-tecnológicos.

Este hecho tiene, a su vez, un trasfondo socio-ideológico muy evidente que corre paralelo al desprecio de las Humanidades. La crisis que sufrimos es, ante todo, una crisis moral, y al igual que España sufre como nadie la crisis meramente económica, también nuestro país es en el que más nítidamente podemos apreciar lo vil y egoísta que puede llegar a ser el ser humano. Todos hemos visto como en las últimas décadas gentes sin ninguna formación y sin el más mínimo talento empresarial o intelectual, y, lo que es peor, con ninguna dotación moral, se han hecho multimillonarias y/o famosas a base de actuaciones especulativas y de esperpénticas apariciones televisivas; lo que han dado en llamarse, respectivamente, de forma popular la “cultura del pelotazo” y la “cultura del famoseo”. En cambio, como ahora, las listas del desempleados del paro estaban cada vez más engrosadas por cientos de miles de diplomados y licenciados sin ningún futuro laboral; ni siquiera un Master era, ni es, garantía de nada. En este contexto la ecuación es de primer grado. Es difícil convencer a nadie de que se sacrifique, cuando no va a obtener ningún tipo de recompensa a cambio. Si además institucionalmente a un alumno se le permite promocionar de curso con apenas un microesfuerzo, pues ya hemos despejado la incognita de la ecuación: ¿para qué estudiar si me van a aprobar igual?, ¿para qué estudiar si, aunque suspenda, uno se puede hacer millonario o famoso –quizá como papá o mamá- más fácilmente y con apenas empeño, estando tirado en el sofá?.

Es muy triste entrar en una clase de 4º de ESO con treinta alumnos de 16 ó 17 años que están a punto de acabar su escolaridad obligatoria, y que apenas cuatro de ellos sepan lo que quieren hacer con sus vidas al año siguiente. Es muy triste que de los veintiséis despistados la inmensa mayoría afirmen aspirar a ser “jugadores del Real Madrid”, “modelos”, "cantantes", “actrices” o, directamente “famosos” y “estafadores”. No es la “generación nini”, es la “generación niqui niqui”, pues ni quieren estudiar, ni quieren trabajar: sólo quieren hacer dinero fácil para satisfacer sus caprichos materiales y sus muchas frustraciones emocionales. En realidad, ni quieren nada, ni tienen inquietud por nada; son la perfecta masa eternamente inmadura. Les han fabricado así.

La LOGSE, la LOE (y también la LOCE), por supuesto, tienen su gran parte de responsabilidad en esta desmotivación y descontrol, pues están elaboradas conforme a unos principios psicopedagógicos errados, que ni son principios, ni son pedagógicos. Unos planteamientos igualitaristas radicales, planteamientos utópicos, alejados totalmente de la realidad social, engendrados por una serie de psicólogos muy cercanos ideológicamente al marxismo y al freudismo; buenistas todos.

Los expertos establecen en cuatro los años necesarios para que una nueva ley educativa comience a dar resultados. En España llevamos ya 15 con la LOGSE-LOE y vamos para atrás, cuesta abajo y sin frenos. ¿Cuánto tiempo más necesitamos para aplicarla con efectividad?, ¿o cuánto tiempo más para que aceptemos que son un gigantesco fracaso?. Pocos son ya sus defensores; pero aún, los más extremistas –sus ideólogos-, incapaces de practicar un mínimo de introspección, arguyen que ambas leyes no se han podido desarrollar por falta de recursos económicos. Y digo yo, ¿por qué no le exigen, entonces, un PlanE (con E de Educación) a su querido y dadivoso presidente?, ¿o es que en este país sólo hay dinero para prestárselo a los bancos, y para levantar aceras, cavar zanjas, rellenarlas y volverlas a vaciar?. Lo de la educación es también una urgencia, probablemente, la mayor.

Pero si ni unos ni otros quieren solucionar el macanudo problema, del que además son creadores, por algo será.

Además de la ley, no pocos padres también son parte del lio, pues, además de elegir “libremente” a la casta política que nos pastorea, son ellos los que más han hecho por restar autoridad al profesorado, desautorizando sus medidas, minusvalorando su trabajo, contraviniendo sus consejos y sobreprotegiendo a sus hijos. No hablo de agresiones puntuales, sino de socavar diariamente el trabajo de los profesionales de la educación con simples comentarios y actitudes, afeando ante los niños su papel como educadores, o directamente pasando de participar en la educación de éstos. Por eso, los centros educativos se han convertido en centros asistenciales, donde los alumnos ya no van a estudiar, sino a pasar la mañana.

Difícil es que nosotros ofrezcamos soluciones posibles, ante todo porque no hay ninguna voluntad de afrontar el problemón por parte de los resortes del poder, como, por otro lado, es lógico. En primer lugar, debería darse un profundo cambio en los valores que mueven al hombre, algo que, sin embargo, como hemos comprobado recientemente con la crisis financiera, en la que se han puesto parches a los escapes, pero no se ha cambiado lo fundamental (el espíritu podrido del sistema), nadie tiene intención de corregir.

Por otro lado, debería haber un pacto de Estado sobre Educación, pero que no sólo involucrase a las fuerzas políticas, sino en el que se inmiscuyeran todo tipo de fuerzas sociales, y también las omnipotentes fuerzas mediáticas. Estas últimas tienen un altísimo grado de responsabilidad en esta catastrófica situación. Por poner un ejemplo, de nada sirve que el sistema educativo redoble sus esfuerzos y gaste millones de euros en educación sexual, si luego una "cadena amiga" produce y ofrece en "prime time" una serie de TV que muestra el embarazo infantil como algo que mola un montón y que puede utilizarse como arma reivindicativa o como reclamo parental.

La educación no es cosa de unos pocos, es cosa de todos, y, o todos remamos en la misma dirección, o el barco irá a donde le lleve el viento... y todos sabemos quién hace las veces de Eolo en esta historia. En definitiva, debería haber una auténtica revolución socioeducativa, una revolución precisamente en contra de aquellos "revolucionarios de trapillo" que han copado el sistema, sus cátedras y sus consejerías, una revolución en contra de sus esquizofrénicos planes de psicoingeniería social. Ellos ya nos han demostrado qué "otra educación es posible": la educación del caos, la violencia en las aulas, el fracaso y abandono escolar, la desmotivación, la mediocridad,....

Por desgracia, esta situación no difiere nada de la situación económica por la que pasamos actualmente, de hecho es un agravante más. La economía española no tiene ningún futuro a medio plazo porque nuestra clase política nos ha dejado sin industria propia, convirtiéndonos en un país de camareros y de albañiles, algunos de ellos metidos a hosteleros y constructores, pero también son culpables de habernos dejado sin trabajadores cualificados.

Por eso, quizá nunca haya sido tan potencialmente fácil destacar entre la masa. Por eso es el momento de esforzarse más que nunca y de intentar ser el mejor de la promoción en el Instituto o en la Universidad. Nunca los niveles de exigencia han sido tan bajos, y nunca la competencia tan escasa y tan mal preparada. Por eso, ahora que algunos ya estáis de exámenes, os recordamos que necesitamos abogados y jueces, que necesitamos arquitectos e ingenieros, maestros y profesores. Necesitamos empresarios e industriales. Necesitamos médicos y enfermeros. Necesitamos informáticos. Historiadores, filósofos, músicos y poetas. Necesitamos gente capaz de sacrificarse, de innovar, de crear, de idear, de fabricar. Necesitamos gente capaz de luchar. Si se es consciente de ello, nunca una generación lo tuvo más fácil para convertirse en una auténtica elite aristocrática.

La revolución empieza por uno mismo.

Mozarabivs

EducaBITIBAjK

Hijo del trueno - Estirpe Imperial



Cuenta una antigua leyenda
De aquellos tiempos ya pasados
Que en el fragor de una batalla
Su figura apareció

Su espada nos condujo
Siempre a la victoria
Y su recuerdo ya nunca se borro
(bis)

Hijo del trueno
Caballero en blanco corcel
Hijo del trueno
Guíanos y haznos vencer
(bis)

Surgió desde los cielos
Montado en un caballo blanco
Enarbolando una bandera
Con roja cruz en su interior

Su espada nos condujo
Siempre a la victoria
y su recuerdo ya nunca se borro
(Bis)

Hijo del trueno
Caballero en blanco corcel
Hijo del trueno
Guíanos y haznos vencer
(bis)

Santiago en tierra hispana
Lucho con furia en las batallas
Que en nuestras tierras se libraron
Contra el moro invasor

Su espada nos condujo
Siempre a la victoria
Y su recuerdo ya nunca se borro
(bis)

Hijo del trueno
Caballero en blanco corcel
Hijo del trueno
Guíanos y haznos vencer
(bis)

El mañana nos espera...

[nacionalista+autonomo.jpg]

Romper con el Sistema

CARLOS ESPARZA | La propaganda desplegada a diario por los medios de control informativo descansa sobre dos principios, por un lado, como en cualquier tiempo de guerra, los partes de victoria se proclaman por doquier. Por otra, la realidad que pone en jaque al pensamiento único se esconde, se manipula o simplemente se censura. Los “prodigiosos avances” de la tecnología moderna y el estado del bienestar que proclama a los cuatro vientos el “Ministerio de la Verdad” han permitido crear en la masa la falsa idea de un futuro brillante y la llegada inminente de su reinado sobre el mundo. No nos encontramos sólo ante un problema que ataña a los españoles, ni tan siquiera a los europeos, es global.

Esta falsa esperanza abrazada por la masa y que debemos, “evidentemente”, a nuestra incomparable sistema liberal, no sólo anuncia una era de progreso y de placeres ilimitados como a todas horas nos recuerda la propaganda del sistema. Este horizonte abierto por las nuevas tecnologías de la “información” son efectivamente los medios para hacer nuestra vida “feliz”. No obstante, cuando el Pueblo, lógicamente seducido por estos sueños tan prometedores, repasa los beneficios reales que podrá sacar de todos estos increíbles progresos, el “Ministerio de la Verdad” se pone serio. Serio y censor. Es aquí donde los “amos del mundo” – nos cuentan – serán los encargados de sacarnos de la crisis que ellos mismos han creado.

Ahora, bajo los negros nubarrones de la crisis económica, las reivindicaciones más modestas se convierten en un lujo inaccesible. La sencilla exigencia de conservar un empleo relativamente estable y digno, de disponer de ingresos decentes, de una vejez protegida, todo esto, nos dicen, constituyen caprichos inaceptables porque son contrarios a las leyes de una economía que ha usurpado el altar que antes ocupaba Dios. Con la crueldad habitual de los tiranos de esta democracia inexistente, nos dicen sin rubor que hay que trabajar más tiempo (65 horas, nada menos) y por menos dinero. En definitiva, lo que la propaganda oficial nos quiere hacer creer es que la humanidad, gracias al sistema económico liberal, su tecnología y su “espíritu” de invención sin fin, nos hará felices. Sólo deberemos resignarnos a admitir dos cosas: que no debemos pensar y que nuestro destino ya no nos pertenece.

No es necesario, por tanto, tener un “talante” pesimista para concluir que un sistema social que nos hace creer en estos cuentos para legitimar sus métodos de funcionamiento reales, es en su mismo principio injusto, ilegítimo e ineficaz. Y precisamente la constatación de esa realidad nos llama, aquí y ahora, a ejercer una crítica radical, es decir, conforme a su etimología, una crítica que analice el mal desde su raíz, y combatirlo en consecuencia. El verdadero problema al que nos enfrentamos está en comprender esa raíz. Un sistema social que ataca directamente el alma de los hombres. ¿Cómo puede convertirse, tras unas pocas décadas, en algo que engloba ya a todo el planeta sin encontrar una oposición seria de todos aquellos a los que arrancan su existencia real y espiritual, aquellos a quienes mutilan su fuerza vital, sin engendrar una resistencia colectiva en la misma medida de los daños y los efectos reales que provoca? Esa es la pregunta que debemos contestar.

El problema es que los hombres se encuentran habitualmente delante de situaciones que no habían ni imaginado, pero se empeñan en seguir defendiendo las premisas de inicio con el mayor de los bríos. Aplicado a la filosofía de la Ilustración, es decir desde el punto de vista del comienzo de la Modernidad, este planteamiento conduce a la hipótesis siguiente: sólo existe una posibilidad de seguir desarrollando de manera total y coherente el ambiguo axioma de la Ilustración, y es mediante el individualismo liberal. La traducción política es que la Izquierda se nutre exactamente de la misma fuente filosófica que el liberalismo moderno. Es la existencia de esta raíz original, común al pensamiento de Izquierda y al Liberalismo, – ambos fundidos hoy en un mismo discurso o visión del mundo – lo que explica, por ejemplo, que toda la izquierda se haya encontrado en un partido socialista que ha cambiado la supuesta defensa del trabajador por la defensa de las minorías o la derecha en un Partido Popular que hace tiempo que abdicó de sus principios morales y abraza los de la izquierda.

Son las exigencias mismas de un combate coherente contra la utopía liberal y contra la sociedad clasista que necesariamente propaga, lo que hace hoy socialmente necesario una ruptura radical con los supuestos intelectuales del sistema a nivel global.

http://www.elnuevoalcazar.es/2009/09/29/romper-con-el-sistema/

Somos quién somos



Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.

Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo....